Entrégate sin miedos y sin restricciones. No te asustes si cuando te miro, con ojos enamoradizos, te digo que te quiero. No te escapes de mi cuando busque tus brazos, aquellos que saben protegerme tan bien de este mundo loco.
Sin temer a ser juzgado como sumiso, te digo que tu felicidad es mi felicidad y tu bienestar el mío. Y cuando la sociedad te castigue y tus problemas te agobien, ahí voy a estar, tratando con un abrazo o una palabra traerte serenidad nuevamente.
Simplemente, porque te quiero y te entiendo, quiero agradecer que hayas despertado en mí este lado que no conocía. Está claro que soy yo el que escribe, pero ¿cuántos sabrán que vos me das letra?
No voy a decir que sos lo mejor que me pasó en la vida, es demasiado trillado, pero si voy a decir que es muy bueno saber que el destino nos cruzó y sé que vos pensás lo mismo de mi.
Ahora me voy a quedar mirando la estrellas, creyendo que tal vez, en donde estés, estás pensando en mi. Porque, como dice el título, estos son tiempos de corazón sano y no voy andar lamentando lo que siento o dejo de sentir. Lo único que me queda por decir es: no trates de ver más allá de mis acciones, porque incluso yo, a veces me sorprendo de lo que soy capaz.
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