En mi se libra una constante batalla entre el pensar y el no pensar. Entre seguir o parar.
Miércoles lluvioso, horrible. No, no me gusta la lluvia. Cuando el clima es tormentoso, algo se arremolina en tu interior y uno reflexiona. La introspección minuciosa nunca es buena consejera. Siempre está ese demonio interno con plena intención de pincharte el globo, quemarte las cartas y cantar tu juego.
Quiero girar y girar. Girar para dejar de pensar. Doy una vuelta, otra vuelta y una más. Pero incluso mareado, mi cabeza sigue a mil.
Desafortunado en el juego, afortunado en el amor. Bahhhh, son puras sandeces. No tengo tanto, pero igual te canto falta envido. No aceptás y me decís truco. El cuatro de copas no es una buena carta. Quiero retruco.
Qué buena foto de perfil
ResponderEliminarLa verdad, que gran porquería día de lluvia, acostado te vienen mil y un pelotudeces a la cabeza, y AAAAAAAAAAAH. Está todo mal con los días de lluvia che.
ResponderEliminar