martes, 11 de mayo de 2010

Quise mucho, quise poco


Muchas cosas se ocultan detrás de una palabra, pero más cosas se ocultan en una mirada, en una sonrisa desprevenida. Hay veces que no quiero ser visto, me siento más transparente que un cristal. Cómo si el sólo hecho de mirarme directo a la cara, fuera a revelar mis más íntimos secretos, entonces desvío la vista, no puedo mostrarme vulnerable. Siempre firme, siempre fuerte. Prefiero aprender a ocultarme en la sombra, que sufrir al Sol.


Me gustan los detalles, son las pequeñas cosas las que se recuerdan para siempre. La manera en la que enciende un cigarro, cuando ríe sin saber porqué, cuando te regala un abrazo o cuando necesita uno.


Por momentos me siento tan cerca, pero como si fuera una pintura hecha de arena en el momento que la quiero levantar se me escurre entre los dedos y, otra vez, nada. Qué rápido se desnaturalizan las cosas.


El viento mueve barcos y molinos, pero también se lleva las promesas. Solemnes juramentos que se transforman en nueces huecas. Ya nadie recuerda aquellos tiempos dorados, en los que significaba algo ‘dar tu palabra’.


Es un placer verte nadar en contra de la corriente, demostrando que por mucho que te tire para atrás, vos avanzás igual. Me alegra saber que todavía hay gente así en el mundo.


Cada paso me aleja, cada paso me acerca. Esa es la filosofía del caminante, del viajero que se emprende en una travesía. Todo comienza poniendo un pie y luego el otro adelante, el resto es inercia.

1 comentario:

  1. Sobre la imágen: podrías ver si te copan pinturas de Dalí para adjuntar a los textos (justo estaba viendo cuadros en google y cuando leí tu blog pegaba como piña x)).
    Sobre el texto: genial :).

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