sábado, 4 de septiembre de 2010

Lombardía


La curva se anticipó antes de lo esperado. Gladiadores vencidos, invictos. Se suelta la lengua; verborragia indescriptible. Como si me lo hubieran contado al oído, tenía libreto para rato ¿Quién me ha visto y quién me ve? Siempre me dijeron ‘nunca digas de esta agua no he de beber, porque es con la que te ahogas’ pero no fui capaz de entenderlo, hasta hace poco.


Las cartas echadas sobre la mesa, el futuro se vuelve menos incierto. Se palpa la realidad, se siente el temblor. Críticas a lo ajeno se toman como posibles mejoras personales. Abrazo lo que me pasa y lo acepto, lidio con ello y le muestro los dientes a la bestia.


Hasta la coronilla de explicaciones y justificaciones. Se vuelve un tema recurrente renegar de la lógica que habita en mi. Pero basta, no más. Sin los famosos falsos juramentos hoy digo: empiezo ayer.

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